Uno de cada tres habitantes
de la antigua Roma era esclavo. Carecían de libertad, no tenían derechos,
realizaban los trabajos más pesados e ingratos y su amo o propietario tenía la
potestad para acabar con sus vidas si lo estimaba preciso. Pero antes de llegar
a tal extremo, los romanos de las clases más adineradas y hasta el mismísimo
Estado se lo pensaban dos veces, ya que no podían prescindir de sus servicios.
Un esclavo era tratado como un objeto; se le
podía tratar como a cualquier otra propiedad (regalarlo, venderlo o alqularlo)
y eso incluía también decidir sobre su propia vida. Sobre todo si era
sorprendido robando.
Los esclavos más valorados eran los
domésticos, que podían llevar desde las cuentas del hogar a acompañar a su ama
de compras, ser el encargado de la educación de los hijos...
Más curiosidades de la antigua Roma en https://amzn.to/2kdpuhr
No hay comentarios:
Publicar un comentario