Por Ulises Gardoni
Cuando Tétrico I (271-274 d.C.) recibe el
mando del llamado Imperio galorromano en 271 d.C. el mismo se hallaba en franco
declive, sin Hispania que alimentara sus arcas, con varias amenazas externas y
algo mucho peor, un ejército volátil.
Esto no impidió que Tétrico intentara
ordenar el caos; repelió exitosamente un ataque franco a poco de asumir,
restauró el orden y dio una sensación de continuidad dinástica al nombrar a su
hijo Tétrico II como César.
Lamentablemente, la pérdida de Hispania (que
volvió al imperio central) fue irreversible y las monedas bajo los tétricos se
cuentan entre las peores acuñaciones romanas, al punto que muchas veces son
confundidas con “moneda imitativa” o “moneda de cuños no oficiales”. Quizás las
más comunes de ver son las de tipo SPES PVBLICA, PAX AVG, SALVS AVGG e
HILARITAS AVGG los cuales son motivos muy usados en el imperio galorromano,
tanto en emisiones de oro, plata y vellón.
Tétrico tal vez supo antes que nadie que su
situación no podía sostenerse; con dificultades económicas, rodeado del imperio
central (cuyo emperador, Aureliano no paraba de conseguir victorias militares)
y sin poder confiar plenamente en su propio ejército que había asesinado al
emperador Póstumo unos años antes, Tétrico urdió un plan de escape para él y su
hijo, escribiéndole en secreto a Aureliano y rogándole que perdonara sus vidas
a cambio de entregarle el imperio. Aureliano parece haber aceptado, ya que
según las fuentes contemporáneas, el enfrentamiento de ambos ejércitos terminó
con una “masacre excesiva” en el lado gálico (algo que llama la atención en un
mundo tan violento como el siglo III d.C.), un desfile de los Tétricos
exhibidos con cadenas de oro –remarcando su estatus- y el imperio galorromano
extinguido. Posteriormente, se dice que no solo fueron indultados, sino que
Tétrico I fue exiliado con una generosa pensión y su hijo llegó a hacer una
importante carrera política bajo Aureliano.
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